Si el silencio tomara la palabra es un intento de «vivir en poesía», como hacía Antonio Machado, según Gerardo Diego.
Es el principio de un ruido amable, que busca contar lo que callamos, hacer de la vida un baile en verso, bucear en lo más profundo de la sensibilidad de cada uno y escribir esa banda sonora, para poder salir a flote en un mundo algo deshumanizado e impasible. Un acto temerario, que pone sobre la mesa lo que a veces cuesta nombrar, pero que no por ello deja de existir, para reconocerlo, aceptarlo y combatirlo o estrecharle la mano, según el caso.
Si el silencio tomara la palabra es un espectáculo de poemas en voz baja y música viva, que de la mano del músico Manu Míguez, promete un viaje interesante por las profundidades de cada uno.